Incluso desde cuando estamos en el colegio, la educación tradicional nos ha enseñado en muchas ocasiones cosas que carecen de interés para nosotros y también cosas que no van a ser útiles para nuestras vidas o para ejercer nuestras carreras. Este semestre más que nunca, he podido darme cuenta de que esta es una realidad que no solo afronto yo sino varios de los compañeros con los que tengo la oportunidad de trabajar.
Este semestre estoy viendo una materia de Ingeniería Industrial, que se esperaba que fuera la continuación de otra que ya había visto anteriormente en la cuál se veía una gran utilidad en la vida real y en el ejercicio de un Ingeniero Industrial, debido a los métodos de enseñanza utilizados en los que los ejemplos de la vida real eran parte importante del aprendizaje. Por el contrario, en la materia que mencioné anteriormente, no hay ejemplos aplicados sino teóricos, por lo que la aplicabilidad de lo que se ve en clase se va diluyendo con el tiempo.
Sé que esto no es algo que pasa únicamente en mi carrera, sino que es algo que sucede en muchos campos del conocimiento, en donde el potencial de enseñanza que tiene una materia se ve diluido por las condiciones y métodos que son utilizados para enseñarla.
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